Chhattisgarh

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Destino

January 18, 2016

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Destino la India

Enero-Febrero 2016



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Chhattisgarh

En el centro de la India, el estado de Chhattisgarh es un tesoro para los amantes de las junglas frondosas, animales salvajes, templos impresionantes y culturas tribales todavía vivas. Frente a la urgente modernidad que nos rodea, el lugar proporciona el apacible pero cautivador encanto de los paraísos naturales.

Dios! ¡Dios!». «¡Bhagwan! ¡Bhagwan!» La mujer mayor, con la cara arrugada como un pergamino y los ojos traviesos, le coge de la mano y le sonríe. Pertenece a una de las decenas de tribus que componen de forma oficial más de un tercio de la población de Chhattisgarh. Vive con su familia en un pueblo alejado en la región de Bastar, al sur de este estado todavía verde y salvaje del centro de la India. Deja ver su intención honesta, sin sorpresas o curiosidad inapropiada, cuando se encuentra con extranjeros, venidos de tan lejos. Ella, que apenas conoce su pueblo y las costumbres de su tribu, el ritmo de los arrozales de alrededor y los bosques.

El encuentro es evidente, una huella de pureza. Intercambiamos algunas palabras sobre su familia bajo la plácida mirada de su marido, un anciano campesino sentado a su lado. Su hija y sus nietos se encuentran detrás de ella, delante de la casa de barro cocido y piedra, en cuyo patio se entretienen una vaca, varias ovejas y algunos perros. Un sentimiento russoniano nos invade, el de encontrar un paraíso perdido en el que el hombre vive aún en armonía con la naturaleza.

La magia y la sencillez de Chhattisgarh hacen de las suyas desde que llegamos a Raipur, la capital, hace algunos días. Una nueva ciudad en plena construcción justo al lado de la antigua. Un testimonio concreto de las ambiciones económicas del estado que experimenta un crecimiento anual de dos cifras: un plan urbano definido, hoteles opulentos que proliferan, zonas económicas especiales con fábricas modernas y sociedades de servicios con últimas tecnologías, infraestructuras en pleno desarrollo…

Despegue económico

Es algo claro: Chhattisgarh, décimo estado más grande de la India por su tamaño, está en plena fase de despegue para ofrecer a sus más de 25 millones de habitantes todas las comodidades de la sociedad moderna. El estado dispone de numerosos recursos naturales (carbón, minerales, metales…) y produce mucha electricidad y un 15% del acero indio. También apuesta por industrias innovadoras como la de las tecnologías de la información. Es un estado joven, surgido de la división del estado vecino de Madhya Pradesh, en el noroeste, en el año 2000. Raipur se convirtió así en la capital de este nuevo conjunto, rodeado por Maharashtra en el suroeste, Andhra Pradesh y Telangana en el sur, Orissa en el este y Jharkhand y Uttar Pradesh en el norte.

Pero el estado todavía es rural en su gran mayoría y, de hecho, es en sus campos y bosques donde reside el elemento que hace que su corazón siga latiendo: la proximidad evidente de sus habitantes y miles de tribus con la naturaleza, una espiritualidad ancestral, un panteísmo colmado de inclemencia y poesía.

 

En el sentido de las agujas del reloj, de izda. a dcha.: el templo Surang Tila, en Sirpur (Raipur), un hombre de una tribu transporta objetos; el templo de Visnú en Sirpur; las piedras de memoria que celebran a los muertos; niñas de una tribu; pinturas tribales en una piedra de memoria; el bosque salvaje y el lago al anochecer en el área de Sirpur

En el sentido de las agujas del reloj, de izda. a dcha.: el templo Surang Tila, en Sirpur (Raipur), un hombre de una tribu transporta objetos; el templo de Visnú en Sirpur; las piedras de memoria que celebran a los muertos; niñas de una tribu; pinturas tribales en una piedra de memoria; el bosque salvaje y el lago al anochecer en el área de Sirpur

Las tribus de Chhattisgarh son las guardianas de estas tradiciones, que perpetúan durante emocionantes y centenarias ceremonias como el Dussehra, en Bastar, en el sur del estado, bajo los auspicios del rey, todavía considerado como un Dios por las alegres multitudes (ver recuadro). El viajero en busca de pureza ve sus expectativas cumplidas en este periplo donde todos los elementos se entremezclan: bosques primitivos, cascadas y ríos tumultuosos, animales salvajes, templos de diversas espiritualidades y artesanía ancestral.

Los densos bosques de Chhattisgarh, que todavía hoy cubren cerca de un 40% de su superficie, son conocidos por sus variedades de madera como el tek, que se exporta por todo el mundo. Los árboles se utilizan al máximo: de las frutas se aprovechan hasta las hojas para confeccionar bebidas que, una vez fermentadas, se transforman por la noche en alcohol puro, como el del extracto de salfi, árbol de la familia de la palmera.

Un bosque que alimenta

El bosque es fuente de vida y en él se respeta a todas las criaturas, incluidas las arañas que tejen enormes telas, algo que durante nuestra estancia impresionó a dos jóvenes turistas, una italiana y otra holandesa, quienes sin embargo no dejaron de elogiar el aspecto salvaje del estado y la amabilidad de sus habitantes, muy diferentes de la apresurada multitud de Rajastán. Los paseos al alba son una ocasión perfecta para hacer un safari fotográfico puntuado por los cantos de los pájaros exóticos, especialmente en la región de Bastar.

Chhattisgarh rebosa de ríos y cascadas salvajes. Pero lo más impresionante sigue siendo sus cataratas, como las de Chitrakote, al oeste de Jagdalpur, al sur del estado. Un militar indio jubilado, que atravesaba buena parte de la India, vino ese día especialmente para admirarlas sobre una piragua de madera, conducida con destreza por un pescador local, que se acercaba lo máximo posible a las peligrosas aguas.

Se dice que son las cataratas del Niágara de la India, pero aquí no hay ninguna ruidosa atracción turística. Familias se bañan tranquilamente un poco más lejos, cerca de una orilla de pequeñas piedras. Llega la hora de la meditación, en plena naturaleza, apenas alterada por un hotel ecológico con tiendas de campaña y bungalós que salpican de forma discreta el lugar. La clara impresión de haber descubierto un lugar preservado, al margen de un desarrollo turístico a mayor escala.

Parques naturales por doquier, de norte a sur, proporcionan la ocasión de seguir las huellas de felinos y bisontes. Un ejemplo es el de Indravati, en el distrito de Bijapur, famoso por sus tigres.

El arte de la memoria

El estado también es conocido por sus maravillosos templos, testigos de una historia rica en reinos variados, de los Sarabhpurias a los Kalachuris, donde el hinduismo se mezcla con el budismo. La belleza nace de esta variedad y, a veces, este sincretismo.

Difícil entonces escoger, tan sólo en la región de Sirpur (centro), entre las increíbles estatuas calipigias del templo, el tranquilizador Buda Vihara y los escalones, abruptos y hundidos tras un seísmo en el lugar vecino que condujo a otro nirvana de estatuas. O incluso, un poco más lejos, el templo de Lakshmana, con sus redondeadas esculturas ocres.

Esta región respira espiritualidad y sabe celebrar la memoria de los dioses y los ancestros. Algunas tribus rinden homenaje a los difuntos mediante piedras de memoria sobre las que se pintan sus epopeyas heroicas, de grandes cazadores o valores guerreros. Están dispersadas por la carretera, los colores han desaparecido, pero a menudo se ven adornadas de botellas para calmar la sed en el más allá. Podemos llevarnos una parte de esta memoria gracias al arte tribal, tanto bruto como refinado. La seda Kosa, un valiente guerrero alargado de metal, una escultura realizada según la técnica de moldeado llamada de la cera perdida, los arcos e instrumentos de música hechos de bambú… para no olvidar este arte de vivir de las tribus, inmemorial pero tan difícil de preservar.


Chhattisgarh Paraíso encontrado

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Cómo llegar
 
Hay vuelos diarios que conectan Delhi con Raipur, la capital de Chhattisgarh, que también tiene conexiones con Mumbai, Bangalore, Kolkata y Amritsar. Desde Raipur se puede viajar en autobús o en coche para visitar el estado.
 
Dónde hospedarse
 
Raipur ofrece una amplia selección de hoteles recientes, como el Hyatt, en la categoría de establecimientos de gama alta. Los parques naturales como Indravati o Kanger Ghati proponen bungalós en los bosques. También hay una gran variedad de hoteles ecológicos como el Dandami Luxury Resort, cerca de las cataratas de Chitrakote (Sur). O el Sua Lake View Tourist Resort, en el distrito de Balod.


 

Las tribus, pueblos originales

Las tribus representan oficialmente cerca de un tercio de la población de Chhattisgarh, es decir, unos ocho millones de personas. Pero muchos otros habitantes también son originarios a diferentes niveles. Son los pueblos primeros de esta región, desde hace milenios, mucho antes de que llegaran los rajputs y la colonización británica tuviera lugar. Están todavía presentes por todo el estado, en particular en las zonas forestales, sobre todo en el norte y el sur, en la región de Bastar. Cada vez son menos las tribus que viven aún en los bosques, pues ahora prefieren las zonas rurales o semiurbanas. De entre las decenas de tribus, las principales son los Gond, Halbi, Halba, Bujia, Kamar y los Oraon. Cada una posee sus propias costumbres pero comparten un modo de vida sencillo, organizado alrededor del bosque, al mismo tiempo refugio, fuente de subsistencia y poder protector en el que residen los espíritus. Lo que sabemos de estas tribus se lo debemos, en gran medida, al padre de la antropología india, Sarat Chandra Roy (1871-1942), quien las estudió con detalle. Sus obras son todavía una autoridad en la materia, aunque otros investigadores han tomado el relevo, como Nandini Sundar, quien publicó en el 2007 una historia antropológica de Bastar.

Algunas tribus se distinguen especialmente por una organización social muy abierta. Por ejemplo, se puede vivir en pareja desde muy joven si la chica acepta de forma oficial y delante de la tribu a su cónyuge. En ese caso, el hijo que nazca de su unión no es una deshonra y toda la comunidad se encarga de criarlo, responsable en solidaridad de su futuro. Sin embargo, estos modos de vida ancestrales tienen que hacer frente a la presión contemporánea.Algunas tribus, privadas de su hábitat tradicional, sobreviven a los ultrajes de la vida moderna: riesgo de alcoholemia para algunos, aculturación o la pérdida de sus referencias. Algunos grupos minoritarios también han recurrido a veces a la violencia, como los Naxalitas, un movimiento maoísta presente en varios estados de la India, y concretamente en algunas zonas tribales de Chhattisgarh. A pesar de todo, la cultura de las tribus sigue viva. A menudo, en alguna pequeña ciudad, asistimos a espectáculos multicolores de danzas tradicionales, al son de los tambores: Panthi, Pandwani, Rawat Nacha, Chaitra… danzas en las que las mujeres pueden, de forma simbólica, manejar a los hombres a su antojo durante una canción sincopada, antes de volver con calma a su fila.

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