Discurso del primer ministro en el Foro Mundial sobre el Sufismo

El primer ministro de la India asiste al Foro Mundial sobre el Sufismo

News - Destino la India

March 23, 2016

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El primer ministro con miembros del Foro

El primer ministro con miembros del Foro

El primer ministro de la India, Narendra Modi, pronunció un discurso en el Foro Mundial sobre el Sufismo el pasado 17 de marzo en Nueva Delhi. El Foro, organizado por All India Ulama y la Junta Mashaik (AIUMB) duró cuatro días y contó con la participación de más de 200 líderes espirituales, expertos y académicos procedentes de 20 países.

Syed Mohammad Ashraf, presidente fundador de All India Ulama y la Junta Mashaik, Shawki Ibrahim Abdel Karim Allam, gran muftí de Egipto, Shaykh Hashimuddin Al Gailani, de Bagdad, Syed Minhaj Ur Rehman, de Bangladés, Diwan Ahmed Masood Chisti, de Pakistán, Syed Nizami de la Nizamuddin Dargah y Syed Chishti de Ajmer Sharif, mis colegas del ministerio, eruditos y sufíes de la India estimados anfitriones de nuestros países vecinos y más distantes, Bienvenidos a un país que es, desde tiempos inmemoriales, una fuente de paz y una antigua fuente de tradiciones y de fes que ha acogido y estimulado las religiones del mundo.

Bienvenidos a un pueblo que cree firmemente en el Vasudhaiva Kutumbakam, el mundo es una familia.

Una creencia en armonía con el mensaje del Santo Corán, según el cual la humanidad era una comunidad que más tarde se dividió, Una creencia que se hizo eco de las palabras del gran poeta persa Saadi, retomadas por las Naciones Unidas, según las cuales los seres humanos provienen de la misma fuente: somos una familia.

Bienvenidos a la antigua ciudad de Delhi, construida por el genio de los pueblos, las culturas y fes diferentes.

Como nuestra nación, el corazón de la ciudad tiene espacio para todas las creencias, ya comprenda pocos fieles o una a miles de ellos.

Sus magníficos santuarios tienen los dargahs de los grandes santos sufíes, Mehboob-e-Ilahi y Hazrat Bakhtiyar Kaki, que atrajeron a personas de todas las creencias y de todo el mundo.

Este extraordinario evento es de gran importancia para el mundo en un momento crítico para la humanidad.

En un momento en que la sombra oscura de la violencia es cada vez mayor, ustedes son la noor, la luz de la esperanza.

Cuando el silencio de las armas de fuego en la calle se desploma sobre la risa de los jóvenes, ustedes son la voz que sana.

En un mundo que está luchando por unirse por la paz y la justicia, esta reunión es la de aquellos cuya vida misma es un mensaje de paz, tolerancia y amor.

Han venido de diferentes países y culturas, pero están unidos por una fe común.

Hablan diferentes idiomas, pero éstos se mezclan entre ellos en un mensaje de armonía.

Y ustedes representan la rica diversidad de la civilización islámica basada en el sólido fundamento de una gran religión.

Es una civilización que alcanzó grandes alturas en el siglo XV en la ciencia, la medicina, la literatura, el arte, la arquitectura y el comercio.

Ha atraído el talento considerable de sus pueblos y la relación del islam con varias civilizaciones: el antiguo Egipto, Mesopotamia y África; el país de Persia, Asia Central y el Cáucaso; las regiones de Asia Oriental, con el budismo, la filosofía y la ciencia de la India.

Al enriquecerse, también ha enriquecido al mundo.

Una vez más, ha dado una lección duradera de la historia humana: es a través de la apertura y la búsqueda, la participación y el acomodamiento, y el respeto a la diversidad, que la humanidad avanza, que las naciones progresan y que el mundo prospera.

Y ese es el mensaje del sufismo, una de las mayores contribuciones del islam a este mundo.

Desde sus orígenes en Egipto y Asia Occidental, el sufismo ha viajado a países lejanos, mostrando la bandera de la fe y la bandera de los valores humanos, aprendiendo pensamientos espirituales de otras civilizaciones y atrayendo a las poblaciones con la vida y el mensaje de sus santos.

En los diferentes escenarios del África subsahariana o en el Sudeste Asiático, Turquía o Asia Central, Irán o la India, el sufismo ha reflejado el deseo humano universal de ir más allá de la práctica y los preceptos de la religión para lograr una unidad más profunda con el Todopoderoso.

Y en esta búsqueda espiritual y mística los sufíes han estado probando el mensaje universal del
Todopoderoso:

Esta perfección en la vida humana se refleja en las cualidades que son importantes para Dios.

Todos son creaciones de Dios, y si amamos a Dios, también nosotros debemos amar a todas sus creaciones.

En palabras de Hazrat Nizamuddin Auliya: «El Todopoderoso quiere a aquellos que le aman en el interés de los seres humanos y aquellos que aman a los seres humanos en el interés del Todopoderoso».

Ese es el mensaje de la unidad de la humanidad, de todas las creaciones del Todopoderoso.

Para los sufíes, por lo tanto, servir a Dios significa servir a la humanidad.

En términos de Khwaja Moinuddin Chishti, de todos los cultos, el culto que agrada a Dios Todopoderoso es conceder ayudas a los humildes y oprimidos.

En una hermosa visualización de los valores humanos, decía, los seres humanos deben tener el afecto del Sol, la generosidad del río y la hospitalidad de la tierra, ya que nos benefician a todos nosotros, sin discriminación ni distinción entre los individuos.

Y su humanismo también ha elevado la posición y condición de la mujer en la sociedad.

Por encima de todo, el sufismo es una celebración de la diversidad y el pluralismo, es decir, en las palabras de Hazrat Nizamuddin Auliya, que cada pueblo tiene su propio camino de la verdad, sus convicciones y su orientación de reverencia.

Estas palabras reflejan el mensaje divino al Santo Profeta de que no hay obligación en la religión, y también que a cada persona se le han atribuido formas de culto que observa.

Y esto está en armonía con el alma del santo Bhakti, que decía en la tradición hindú: «Al regazo del único y vasto mar llegan los ríos que vienen de las montañas de todos los lados».

Y en la sabiduría de Bulleh Shah: «El Señor está involucrado en cada corazón».

Estos valores son lo que necesitamos en nuestra época.

Esta es la realidad de la Naturaleza. Aprendemos esta sabiduría en el perfecto equilibrio y armonía que existe en la vasta diversidad de un bosque.

Su mensaje va más allá de los límites de las escuelas y las sectas. Es una búsqueda espiritual que tiene su origen en el Santo Profeta y los valores fundamentales del islam, que, literalmente, significa paz.

Y nos recuerda que cuando pensamos en los 99 nombres de Alá, ninguno representa la fuerza y ​​la violencia, y que los dos primeros nombres denotan compasión y misericordia. Alá es Rahman y Raheem.

El sufismo es la voz de la paz, de la convivencia, de la compasión y la igualdad; un llamamiento a la fraternidad universal.

Y al igual que la India se ha convertido en uno de los principales centros de la civilización islámica, nuestro país también ha surgido como uno de los centros más dinámicos del sufismo.

El sufismo se ha convertido en la cara del islam en la India, aunque se ha mantenido profundamente enraizado en el Corán y los hadices.

El sufismo ha florecido en una India abierta y plural. Ha compartido su tradición espiritual y ha desarrollado su propia filosofía india.

Y esto ha ayudado a formar un patrimonio islámico particular de la India.

Vemos este patrimonio en los campos del arte, la arquitectura y la cultura, que son parte del tejido de la nación y nuestras vidas cotidianas colectivas.

Lo vemos en la tradición espiritual e intelectual de la India.

Esto ha contribuido a fortalecer la cultura acogedora que constituye la inmensa contribución de nuestra gran nación a la trama cultural de este mundo.

En la poesía de Baba Farid o de Guru Granth Sahib sentimos la misma conexión espiritual.

Encontramos la compasión en los langares de los santuarios sufíes y en las tumbas de pueblo de los pirs locales que atraen a los pobres y hambrientos;

La lengua urdu se habló en los khanwahs sufíes.

La contribución del sufismo a la poesía en la India es inmensa. Su influencia en el desarrollo de la música india es profunda.

Nadie tuvo una mayor influencia que el poeta y músico sufí Amir Khusrau. Ocho siglos después, su poesía e innovación musical siguen siendo parte del alma de la música de la India. Nadie había hablado de la música india con una pasión como la suya.

Quién más podría haber expresado su amor por la India de una forma tan maravillosa como la suya:

“Pero la India, de la cabeza a los pies, es una imagen del cielo, Adán provino del palacio del cielo, Sólo podía ser enviado a un huerto de frutales que es la India, Si la India no es el paraíso, ¿cómo podría haberse convertido en el hogar del pavo real, el ave del paraíso? ”

Este es el espíritu del sufismo, el amor por su país y el orgullo de su nación que definen los musulmanes en la India.

Ellos reflejan la cultura eterna de paz, diversidad e igualdad de la fe en nuestro país;

Ellos tienen sus raíces en las tradiciones democráticas de la India, convencidos de su lugar en el país e implicados en el futuro de su nación;

Y, sobre todo, están determinados por los valores de la herencia islámica de la India. Éste defiende los más altos ideales del Islam y siempre ha rechazado las fuerzas del terrorismo y el fundamentalismo.

Ahora que viajan a diferentes partes del mundo, son los embajadores de los valores y las tradiciones de nuestra nación.

Como nación, hemos tomado una posición contra el colonialismo y hemos luchado por la libertad.

En los albores de la independencia, algunos optaron por irse y creo que eso tenía que ver con la política colonial de la época.

Nuestros líderes más grandes, como Maulana Azad, y líderes espirituales importantes como Maulana Hussain Madani, así como millones y millones de ciudadanos de a pie, rechazaron la idea de la división sobre la base de la religión.

Ahora la India avanza, orgullosa de sus combates, sacrificios, valor, conocimiento, talento, arte y orgullo de cada uno de los miembros de todas las creencias en nuestra nación, tan diversa y, sin embargo, unida.

Como las cuerdas de la cítara, donde cada una produce un sonido pero juntas crean una hermosa melodía.

Este es el espíritu de la India. Es la fuerza de nuestra nación.

Todo nuestro pueblo, hindúes, musulmanes, sijs, cristianos, jainistas, budistas, la micro- minoría de los parsis, creyentes y no creyentes, son una parte integral de la India.

Del mismo modo que llegó un día a la India, el sufismo se ha extendido desde la India a través del mundo.

Pero esta tradición que se ha desarrollado en la India pertenece al conjunto de Asia del Sur.

Es por eso por lo que invito a otros en la región a nutrir y revitalizar este glorioso patrimonio nuestro.

Cuando el amor espiritual del sufismo, y no la fuerza violenta del terrorismo, se extienda a través de la frontera, esta región será el cielo en la tierra del que hablaba Amir Khusrau.

Permítanme parafrasear lo que dije antes: el terrorismo divide y nos destruye.

De hecho, ahora que el terrorismo y el fundamentalismo se han convertido en la fuerza más destructiva de nuestro tiempo, el mensaje del sufismo es de interés global.

Desde los centros de conflicto en Asia Occidental a las ciudades tranquilas de países lejanos, desde las aldeas remotas de África a las ciudades de nuestra propia región, el terrorismo es una amenaza diaria.

Cada día trae terribles noticias e imágenes aterradoras:

– Escuelas convertidas en cementerios de la inocencia;

– manifestaciones de oración convertidas en procesiones fúnebres;

– la llamada a la oración o Azaan ahogada en el sonido de una explosión;

– sangre en la playa, masacres en centros comerciales y coches incendiados en las calles;

– ciudades prósperas arruinadas y un patrimonio de valor incalculable destruido,

– y padres que llevan ataúdes, comunidades enteras rotas, millones de personas desplazadas y refugiados atrapados entre el fuego y los mares tormentosos.

En esta era digital de nuevas promesas y oportunidades, la expansión del terror está aumentando cada año, así como su balance.

Desde principios de siglo, decenas de miles de familias han perdido a sus seres queridos en miles de incidentes terroristas en todo el mundo.

Tan sólo el año pasado, hablo de 2015, más de 90 países sufrieron ataques terroristas. Padres en 100 países viven con el dolor cotidiano de sus hijos fallecidos en los campos de batalla en Siria.

Y en un mundo globalmente móvil, un incidente puede afectar a los ciudadanos de muchas naciones.

Cada año gastamos más de 100 millones de dólares para asegurar el mundo contra el terrorismo, un dinero que podría ser invertido en ayudar a los pobres a construir sus vidas.

Las estadísticas por sí solas no son suficientes para darse cuenta del impacto del terrorismo. Éste transforma nuestro modo de vida.

Hay fuerzas y grupos que son instrumentos de la política y del propósito del estado. Hay otros que son reclutados para la causa con una creencia errónea.

Hay algunos que son entrenados en campamentos organizados. Están aquellos que encuentran su inspiración en el mundo sin fronteras del ciberespacio.

El terrorismo utiliza diferentes motivaciones y causas que no tienen justificación.

Los terroristas distorsionan una religión cuya causa pretenden apoyar.

Matan y destruyen más en sus propios países y en su población que en otros lugares.

Y amenazan a regiones enteras, haciendo que el mundo sea más frágil y violento. La lucha contra el terrorismo no es una confrontación contra cualquier religión. Esto no puede ser.

Ésta es una pelea entre los valores del humanismo y las fuerzas de la inhumanidad.

Este no es un conflicto que se combate únicamente por medios militares, información o medios diplomáticos.

Esta es una batalla que hay que ganar por la fuerza de nuestros valores y el mensaje real de las religiones.

Como he dicho antes, hay que rechazar cualquier forma de asociación entre terrorismo y religión. Los que siembran el terror en nombre de la religión son antirreligiosos.

Y hay que promover el mensaje del sufismo basado en los principios del islam y los más altos valores humanos.

Esta es una tarea que los estados, las empresas, sabios, eruditos y familias deben continuar.

Sin embargo, en mi opinión, el mensaje del sufismo no se limita a la lucha contra el terrorismo.

Los valores de la armonía, el bienestar, la compasión y el amor por los seres humanos son la base de una sociedad justa.

Este es el principio que hay detrás de mi credo: «Sab Ka Saath, Sab Ka Vikaas».

Y es importante preservar estos valores y mantener la diversidad en nuestras sociedades.

La diversidad es un hecho básico de la naturaleza y una fuente de riqueza en una sociedad, y esto no debería ser un motivo de controversia.

No sólo necesitamos protecciones constitucionales o legales, sino también valores sociales para construir una sociedad agradable y pacífica, a la que todo el mundo pertenezca, seguro de sus derechos y confiado en el futuro.

Este es también un momento de gran flujo y transición en el mundo. La mitad del siglo pasado marcó un punto importante en la historia. Un nuevo orden mundial ha surgido. Muchas nuevas naciones han surgido.

Al comienzo de un nuevo siglo todavía estamos en otro punto de transformación en una escala pocas veces vista en la historia humana.

En muchas partes del mundo la incertidumbre reina sobre el futuro y cómo manejarlo como naciones y sociedades.

Es precisamente en esos momentos en los que el mundo es más vulnerable a la violencia y el conflicto.

La comunidad mundial debe ser más vigilante que nunca y confiar en las fuerzas de la oscuridad con la luz brillante de los valores humanos.

También recordemos la enseñanza del santo Corán de que si alguien matara a un inocente, sería como si matara a todas las personas, y si alguien salva una vida, sería como si salvara toda una vida.

El mensaje de Hazrat Moinuddin Chishti nos inspira, Con su luz espiritual, disolved las nubes de la discordia y la guerra y difundid la buena voluntad, la paz y la armonía entre los pueblos.

Recordemos el infinito humanismo del poeta sufí Jalaluddin Rumi, quien escribió: «Contened todos los rostros humanos en vuestro propio rostro, sin juzgarlos».

Vivamos lo que nos enseña la Biblia, que nos invita a hacer el bien, a buscar la paz y a promoverla.

Y la unidad que Kabir observaba en el río y sus olas son una sola.

Así como la oración de Guru Nanak Devji: «Señor, que todos en este mundo prosperen y estén en paz».

Inspirémonos de la llamada de Swami Vivekananda contra las divisiones y que las personas de todas las religiones alcen la bandera de la armonía y no del conflicto.

Reafirmemos el mensaje eterno del Ahimsa del señor Buda y de Mahavira.

Y en este foro, en esta tierra de Gandhi,

Con las oraciones intemporales que terminan siempre con la invocación:

Om Shanti, Shanti, Shanti: paz, paz, paz, paz aquí y en el mundo.

Enviemos por fin un mensaje al mundo:

• una melodía de armonía y de humanidad;

• la adopción de la diversidad, el espíritu de unidad;

• el servicio con compasión y generosidad;

• una resolución contra el terrorismo, un rechazo del fundamentalismo,

• y una determinación para seguir adelante en el camino de la paz.

Desafiemos a las fuerzas de la violencia con la bondad de nuestro amor y los valores humanos universales.

Y por último, restauremos la luz de la esperanza y transformemos este mundo en un jardín de paz.

Gracias por estar aquí. Gracias por su apoyo. Gracias por el papel que desempeñan en la construcción de un mundo mejor. Gracias, de verdad, muchas gracias.

Y que hemos designado para cada nación un conjunto de cultos que ésta observa.

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