Un salto al vacío en Rishikesh

Aventura

January 20, 2018

/ By

Destino la India

Enero-Febrero 2018



Rate this post

2

Para tachar el puenting de la lista de cosas que queremos hacer, basta con dirigirse a Jumpin Heights, una zona de aventuras en Rishikesh, en las estribaciones del Himalaya, y saciar el torbellino de adrenalina en medio de entornos naturales.

De pie en el borde de un acantilado, tenemos una visión de las serenas montañas, sentimos el aire fresco, pero un vistazo hacia abajo y ver las rocas al fondo puede sorprendernos. La visión del río que fluye poco profundo hace que nos atragantemos. Lo único que nos devuelve la conciencia es un sudor frío que corre por la espina dorsal. Las cuerdas que se unen parecen inmateriales. Cada respiración encubre una pregunta: ¿Y si el cable se rompe? ¿Y si me golpeo la cabeza? ¿Y si?

Tales pensamientos surgen antes de que uno salte desde una altura de 83 metros en Rishikesh, Uttarakhand, cortesía de Jumpin Heights, la primera plataforma para hacer puenting del país construida sobre un acantilado rocoso que domina el Hall, un afluente del Ganges en Rishikesh.

Emoción sin igual

El viaje comenzó cuando el minibús de Jumpin Heights nos llevó unos 18 kilómetros río arriba de Rishikesh en Mohan Chatti, donde se encuentra la estación de salto. Por el camino, varios carteles publicitarios de Jumpin Heights hacen que tu corazón lata más rápido con clichés como «Cuando las cosas se ponen difíciles, lo difícil se pone en marcha» y «El coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él». En la estación, mientras esperábamos nuestro turno en la cafetería, vimos vídeos en vivo de personas saltando, algo que solo aumentó el miedo. Finalmente, llegó nuestro momento y la sonrisa empezó a desaparecer durante la caminata solitaria por la larga plataforma de metal hasta el punto de salto. «Respira hondo, mira hacia el frente y libérate», dijo mi entrenadora Suzanne, mirándome directamente a los ojos, a medida que un escalofrío me recorría la espina dorsal ante la idea de saltar desde el acantilado. Mientras Suzzane hablaba, otros dos entrenadores me equiparon con dos arneses, uno para la espalda y otro para los tobillos. Suzanne, que es de Suiza y trabaja de cuatro a cinco meses al año como entrenadora en Jumpin Heights, me aseguró que se habían establecido todas las medidas de seguridad.

Después de que los entrenadores verificaran todo de nuevo, desde mi peso hasta los accesorios de los arneses, me pidieron que caminara hacia adelante. Llegué al borde de la plataforma y pude ver las aguas cristalinas del río. Me pidieron que no mirara hacia abajo y me preguntaron si estaba lista para saltar. Los entrenadores gritaron: «3, 2, 1… Bungee», y yo estaba en el aire. Con los tobillos hacia arriba y la cabeza hacia abajo, la fuerza de la gravedad me empujó rápidamente hacia el río. La emoción de la caída libre duró solo unos segundos, pero la adrenalina no se detuvo ni siquiera después de que la cuerda elástica de mi tobillo me arrojara unos metros antes de que pudiera tocar el río. Las únicas palabras que salieron de mi boca en ese momento fueron: «Sí, lo he hecho». Había dos hombres abajo, me bajaron con la ayuda de una correa y me pusieron sobre un colchón mientras desabrochaban los arneses. Cuando me levanté me dieron una botella de agua. Caminé de vuelta al mostrador de recepción.

El bungee jumping o puenting es un gran atractivo aquí, pero el Giant Swing supera con creces al bungee tanto en por el susto como por el elemento de emoción. El Giant Swing te deja caer desde casi dos veces la altura del bungee y te balancea salvajemente por el valle. La única ventaja psicológica aquí es que estás en posición vertical y tienes una cuerda delante de ti para sostenerla. El Flying Fox es la tercera actividad aventurera y la menos aterradora de las tres.

Un salto al vacío cuesta unas 2 500 rupias indias (unos 35 euros) en India frente a las 3 600 rupias (52 euros) en Nepal, que alberga el tercer punto de salto más alto del mundo en el río Bhote Kosi. La mejor parte: no solo vives para contar la historia, sino también para mostrarla. Una cámara automática registra cada momento del salto y cuesta solo 700 rupias (unos 10 euros). Además, puedes ver los saltos de otras personas en la pantalla también, mientras te tomas un café caliente. Además de brindar unas vistas impresionante, la cafetería también permite ver grabaciones en directo de los saltos en sus pantallas.

La seguridad, según explica Devendra Gusain, gerente de Operaciones en Jumpin Heights, es la principal prioridad aquí. «Los estándares de seguridad que ofrecemos en Jumpin Heights en India son comparables a los estándares de seguridad y las prácticas seguidas en Australia y Nueva Zelanda. Para nuestro personal capacitado la seguridad es lo primero y disponemos de maestros del salto experimentados de estos países que nos guían. Las personas que sufren complicaciones como presión del corazón y presión arterial no pueden saltar. Tampoco pueden hacerlo las mujeres embarazadas. Somos muy cuidadosos con estas cosas».

El mejor momento para venir de vista es entre los meses de abril y junio. Gusain comenta que también se puede visitar la región después del invierno, cuando no hay niebla, y agrega: «Para complacer aún más a todos los amantes de la aventura, Jumpin Heights se está expandiendo a Lonavala, a unos 100 kilómetros de Mumbai».

Estancia económica y comida vegetariana

Recogí mis pertenencias y regresé a mi hotel en Tapovan. Rishikesh tiene muchas opciones de alojamiento económico, pero carece de alojamientos cercanos de cuatro o cinco estrellas. Me hospedé en un hotel económico, el Shivanta Residency, donde las habitaciones eran lo suficientemente grandes y la ubicación era buena, pero la comida en el restaurante era regular. Así pues, preferí probar los restaurantes cercanos, que solo servían comida vegetariana, ya que la comida no vegetariana está prohibida en la ciudad santa La mejor comida se sirve en el restaurante más antiguo de la ciudad, el Chotiwala. Sentada justo afuera del restaurante hay una mascota con un peinado puntiagudo que sostiene una bandeja con una muestra de todos los platos que se sirven.

Por la noche, antes de dejar la ciudad, encontramos una panadería alemana frente al Ganges, cerca de Lakshman Jhula. Con una variedad de pakoras vegetales y bebidas de lima en nuestras manos, simplemente observamos el agua verde esmeralda del Ganges pasar y escuchamos el repique de las campanas de los templos. El contraste entre la tranquilidad del momento y la adrenalina de la mañana no podría haber sido mayor.

Cómo llegar

Por aire: El aeropuerto de Dehradun es el aeropuerto más cercano (a 25 kilómetros de Rishikesh).

En tren: Haridwar es la estación de tren más cercana (a 25 kilómetros de Rishikesh).

Por carretera: Rishikesh está conectado por carretera a través de Haridwar con Agra, Delhi, Chandigarh, Dehradun, Kullu, Manali y Shimla.


OTROS DESTINOS PARA PRACTICAR PUENTING

Si quiere vivir una experiencia real de puenting, vaya a Rishikesh. Sin embargo, también hay otros lugares que ofrecen este deporte de aventura.

• Ozono en Bangalore: aquí el puenting se practica desde una altura de unos 25 metros sobre el suelo y no hay una plataforma fija. Todo el equipo está sujeto a una grúa móvil de unos 40 metros de altura. Cualquier persona de entre 18 y 60 años de edad puede disfrutar de este subidón de adrenalina en Ozone Adventures.

• Pasear por los aires en Delhi: si busca una buena ubicación para practicar puenting en el norte, Wanderlust en Delhi sería la mejor opción. Ofrece saltos desde una grúa a partir de unos 40 metros sobre el nivel del suelo. Cualquier entusiasta de la aventura que tenga entre 14 y 50 años puede practicar este emocionante deporte aquí.

• Gravity Zone en Goa: Gravity Zone se encuentra cerca de la playa de Anjuna, una de las atracciones más populares de Goa. Ha establecido una torre permanente de 25 metros de altura para practicar el bungee jumping. Como la plataforma de salto no es muy alta, siempre se puede elegir el Gravity Zone para experimentar este deporte por primera vez.

• Della Adventures en Lonavala: Aquí la plataforma de salto mide 45 metros. Solo es adecuado para personas mayores de 10 años.

 

YOU MAY ALSO LIKE

0 COMMENTS

    Leave a Reply

    Your email address will not be published. Required fields are marked *