En busca de Dios

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January 14, 2019

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Destino la India

Enero-Febrero 2019



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temple

Mientras que aquellos que buscan a Dios van de un lado a otro intentando encontrar al ser supremo, los creyentes de Sri Venkateswara se dirigen a Tirumala, donde Él reside. Esta fe es tan fuerte que hace que el templo sea el más visitado del mundo, además de ser el más rico.

Las alabanzas Govinda Govinda llenan el aire, el nombre de Dios se eleva por encima del ruido de la multitud. Entre las respiraciones, desde algún lugar entre la multitud, la dulce voz de un niño surge y llena los espacios con el mismo canto. El entusiasmo que estos devotos tienen por ver a su dios es tan palpable que puede revitalizar los espíritus de todos los que los rodean y que ya llevan esperando en la fila un par de horas. Aunque algunos han conducido al templo por la colina, otros han caminado desde sus casas, arrastrando días de viaje con ellos. La espera en la cola puede durar hasta 15 horas, y, sin embargo, existe la posibilidad de que los devotos, al llegar al Sanctum Sanctorum, ni siquiera vean a su dios. Han venido para buscar las bendiciones de Sri Venkateswara, una encarnación del dios hindú Visnú, quien se cree que se manifestó aquí en Tirumala, cerca de la ciudad de Tirupati, en el estado sureño de Karnataka.

El muy venerado ídolo de Sri Venkateswara está en la garba griha (el vientre como hogar) del templo principal. Desde donde están los devotos se puede observar un pasaje que se estrecha progresivamente. Al final del mismo se encuentra el ídolo, una imagen de color negro ébano de más de dos metros de alto y que no es difícil perder de vista cuando todo lo que tienes es un par de segundos para saludar al dios.

Entre 50 y 60 mil devotos de todo el país, principalmente del sur de la India, visitan el templo todos los días, por lo que la administración del templo no tiene otra opción más que mantener a esa multitud en movimiento. Muchos creen que sólo puedes verle si realmente te ha llamado.

Un ídolo de Sri Venkateswara

Un ídolo de Sri Venkateswara

El más venerado y el más rico

La cantidad de personas que visitan este templo se duplica a diario en ocasiones especiales y festivales. En períodos normales, más de 100 mil personas lo visitan al día, por lo que es el templo de Sri Venkateswara más visitado del mundo. Naturalmente, es también el que más ofrendas recibe. De hecho, estas ofrendas son más, mucho más, abundantes que las de cualquier otro templo del país. Las personas ofrendan al dios y a su templo dinero y otras posesiones preciosas como oro, metales caros, piedras, flores, hierbas… El templo está registrado como uno de los más ricos del mundo. Recibe varios kilos de oro al día como ofrendas al dios. Según la leyenda, las ofrendas son los intereses que el Dios Visnú paga al Dios Kuber, quien una vez le concedió un préstamo. Cuando termine la era Kal Yuga le habrá pagado todo.

Para estas personas, su fe no se mide. Al visitar el templo, las personas donan de la mejor forma posible y creen que Dios les devolverá el doble de lo que han ofrendado.

Además, no solo hay ofrendas materiales. Otras personas también ofrendan su cabello, que es un sacrificio que hacen para mostrar su creencia en este ser superior. Al regalar todo su cabello, los devotos se deshacen de sus egos y su orgullo y se entregan al Todopoderoso.

¿Por qué este dios es tan adorado?

Según la mitología hindú, el creador del universo es el Dios Brahma, su organizador es el Dios Visnú y quien lo destruirá será el Dios Shiva. Estos mitos también han definido las diversas eras o épocas del universo, las llamadas yugas (eones), las cuales abarcan miles de millones de años cada una. Sat Yuga, Treta Yuga, Dvapara Yuga y Kal Yuga son las cuatro edades o épocas que varían entre sí por la bondad, la maldad y la piedad de las que sus habitantes se empapan. Según la leyenda, estamos viviendo en la Kal Yuga, con una conciencia piadosa casi negligente en comparación a las yugas anteriores y con una maldad superior. Para controlar el derroche de las malas acciones, guiar a las personas por el camino del justo y ayudar a la humanidad, el Dios Visnú se estableció en la Tierra y abandonó su morada celestial.

Según la leyenda de Tirumala, después de discutir con su amado Visnú, la Diosa Lakshmi dejó Vaikunta (la morada de los dioses) y descendió a la Tierra. Para reunirse con su esposa, Visnú también bajó y comenzó a buscarla. Vagó por todo el planeta, sin comida ni refugio, y gastó toda su energía buscándola. Después de muchos intentos sin éxito, decidió descansar y encontró refugio en la cima de una colina de Seshachalam, lugar al que había llegado buscado a su esposa. Él todavía se encuentra en este lugar, y aquí se quedará hasta el fin de los tiempos.

Pero ¿por qué hizo de la cima de la colina su morada permanente? ¿Dónde está la Diosa Lakshmi y quiénes son Padmavati y el Dios Kuber? La historia continúa…

A pesar de no poder encontrar a la Diosa Lakshmi, el Dios Visnú se quedó en la Tierra. Entre otras razones, fue porque Vaikunta había perdido su encanto al no estar allí Lakshmi, la diosa de la riqueza, lo que dejaba a la morada celestial y a su señor sin riquezas.

Durante su estancia en la colina, el Dios adoptó los estándares de vida más simples. Un día, mientras caminaba por un bosque cercano, conoció a Padmavati, la princesa de la dinastía Chandra. Inmediatamente se gustaron, como estaba destinado. Padmavati había renacido como princesa y estaba destinada a encontrarse y casarse con el Dios Visnú, y así pasó.

Como la princesa era rica y el dios no tenía ninguna riqueza, pidió un préstamo al más rico de los dioses, el Dios Kuber y prometió pagarle con intereses. Un día, cuando la diosa Lakshmi se enteró del matrimonio, se apareció ante él. Enfadada, le cuestionó sus acciones y solo se calmó cuando él le explicó que ese era su destino.

En ese momento, la era Kal Yuga se estaba acercando y el dios pudo ver todo el mal que venía sobre este planeta, por lo que decidió quedarse aquí hasta el final de esta yuga y ayudar a todos sus devotos. Se manifestó en un ídolo de piedra y se posó en la cima de la cordillera de Sheshachalam, donde se encuentra el templo de Tirumala. Aclamado como el Dios Venkateshwara, Balaji, Tirupati, vive no solo en la cima de una colina sino también en el corazón de muchos, que esperan que el Dios los invite a su morada alguna vez.

Ritual en el que se afeitan las cabezas ; devotos hacen la cola para ver al dios

Ritual en el que se afeitan las cabezas ; devotos hacen la cola para ver al dios

El viaje hacia el Dios

Aunque el viaje al templo empieza con la voluntad de Dios de encontrarse con su devoto, hay una ruta física que se debe recorrer para llegar a Él. El viaje a Tirumala comienza en Tirupati, una ciudad al pie de la cordillera de Sheshachalam. Ya sea una coincidencia o una confirmación de la presencia de Dios en la cima de la cordillera, hay siete colinas, y para los creyentes simbolizan las siete cabezas de Adishesha, el rey de las serpientes, sobre las cuales se puede ver a Visnú descansando en la mayoría de sus imágenes.

Se dice que estas colinas, que se extienden a lo largo de 8 mil kilómetros cuadrados, tienen más de 500 millones de años. El templo se encuentra en la parte superior, a 762 metros sobre el nivel del mar. Cuando llegan al pie de la colina, todos los visitantes se someten un control de seguridad exhaustivo y solo después de una autorización se les permite viajar por la colina.

Existen tres caminos para llegar al templo. Uno es la Ruta Srivari Mettu, una ruta de caminata de sólo dos kilómetros de longitud pero bastante ardua, especialmente cuando se compara con la Alipiri Mettu, de nueve kilómetros pero fácil, y por eso es la favorita de los devotos que llegan al templo caminando. La tercera ruta es aquella en la que los devotos pueden conducir por las siete colinas. Algo que impresiona es que cuando un coche pasa el control al pie de la colina, su número se registra en un sistema para poder monitorear su velocidad en la ruta. Se debe tardar al menos 30 minutos en llegar a la cima, de lo contrario se recibirá una multa. El sistema computarizado en la puerta de entrada monitorea este tiempo, un proceso surgió para evitar accidentes. Al llegar a la cima, los devotos pueden permanecer en la fila larga, donde pueden esperar hasta quince horas, o pagar una tarifa y acceder a una fila más corta. Tomando en cuenta lo agotador que puede ser para los devotos, hay varias galerías de descanso, puestos de bebidas calientes, alimentos e incluso instalaciones médicas justo al lado de las filas.

Aunque hay dos filas, al final ambas llegan al mismo sitio, la gopuram principal, una de las cuatro entradas al templo, desde donde se realizan todas las entradas y salidas. Esto supone un gran desafío operacional ya que pasan unas 4 000 personas por hora, pero no se puede rediseñar este pasaje ni abrir otra gopuram, porque si no, no se respetaría lo estipulado en las agama shastra, las reglas religiosas de la construcción de templos.

El templo

Increíblemente hermoso, el templo es un buen ejemplo de la arquitectura dravídica del siglo VII. Los templos de arquitectura dravídica se distinguen por su estilo y se limitan a los templos del sur de la India. Son conocidos por tener cuatro gopurams (entradas) y mandapams (salas con pilares), que no solo conforman su arquitectura única, sino que también siguen un diseño.

Las esculturas en las paredes del templo cuentan las historias de diferentes dinastías que inicialmente construyeron el templo alrededor del ídolo manifestado. La primera vez que se construyó una estructura de templo alrededor de un ídolo fue en el siglo IX durante la dinastía Pallav, a la que siguió la dinastía Chola en el siglo XI. En los siglos XIV y XV, la dinastía Vijayanagra prestó su estilo al complejo del templo, que puede observarse fácilmente y compararse con otros templos del sur de la India donde esta dinastía dejó sus huellas.

Por las riquezas del templo, el imperio británico recaudó impuestos del templo entre los años 1800 y 1900 hasta que el Tirupati Tirumula Devasthanam (TTD) se creó en 1933. Teniendo en cuenta que el templo está abarrotado, que uno podría incluso no ver al dios, y que los devotos viajan largas distancias durante días y desean pasar más tiempo con el ídolo más fascinante del Señor Venkateswara, se ha creado un Namoona Alyam o réplica del templo en las instalaciones del mismo. Construido en 2008 por el SVBC y con permisos del TTD, es una réplica casi exacta del ídolo automanifestado de dos metros y medio de altura, el único cuyo aarti se retransmite en directo por televisión y el cual se lleva a procesiones. Por muy largo y aburrido que pueda parecer para los turistas, el viaje está lleno de fe para los devotos, que creen que esta interacción les dará dulces frutos.

Otro dulce con el que vuelven es el famoso ladoo de Tirupati (un dulce indio), que se hace en el templo de forma especial. Verdaderamente suntuoso, con un sabor refrescante de cardamomo y una buena dosis de frutas secas y ghee, el ladoo tiene incluso una etiqueta GI y solo se vende dentro de las instalaciones del templo. Se preparan cerca de 300 mil ladoos cada día, cuyos ingredientes se prueban en un laboratorio interno junto con la annaprasadam, la comida que se ofrece en el templo.

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